Juan Francisco Ayala Cabrera

Investigador y profesor universitario en el área de Química Analítica

Promoción 1995-2008

Trayectoria académica: Grado en Química en la Universidad de La Laguna, Máster Universitario en Química Analítica por la Universitat de Barcelona, Doctor en Química Analítica y Medio Ambiente de la Universitat de Barcelona.

Trayectoria laboral: Compañía Cervecera de Canarias, Universitat de Barcelona y Universität Duisburg-Essen (Alemania).

Oficio actual: Investigador y profesor en el área de química analítica de la Universität Duisburg-Essen.

13 años dan para mucho, ¿cómo valoraría su paso por nuestro centro?

Y tanto que dan para mucho, sobre todo cuando eres joven y tienes ganas de comerte el mundo. Mi paso por el colegio lo recuerdo con muchísimo cariño. Al final, son esos primeros pasos, esas primeras etapas las que van forjando tu forma de ser y de pensar. En total estuve 13 años en el colegio y estoy muy agradecido a todos los profesores que tuve por enseñarme tanto en lo académico, pero también en lo personal. Como he dicho, esos primeros años te marcan mucho como persona, tu manera de afrontar la vida, el entorno en el que te mueves y, sin duda, mi paso por el Buen Consejo me ayudó muchísimo a llegar a donde estoy hoy.

Y siendo más específico, ¿qué tres palabras escogería para resumir su trayectoria? ¿Por qué?

Si tuviera que resumir mi trayectoria en el colegio en tres palabras, la primera sin lugar a duda sería valores. Creo que los valores que transmite el colegio son muy importantes en una sociedad como la que tenemos hoy en día, donde el avance tecnológico a veces puede hacernos olvidar lo importante del contacto humano y las relaciones interpersonales. Por otro lado, también destacaría el crecimiento, cómo pasito a pasito, año a año vas moldeando tu forma de ser y de pensar. Por último, la amistad. Es una etapa en la que haces muchos amigos, algunos de ellos para toda la vida. Pero no solo amigos, sino también profesores con los que poder hablar en cualquier momento y pedir consejos. Eso es algo imposible de pagar con dinero.

Vayamos ahora al aula. ¿Recuerda cuál fue su primera y/o su última clase? En un ejercicio complicado de memoria, ¿sería capaz de describirla?

Recuerdo muchísimas clases la verdad, y sobre todo la última. Teníamos lengua con María Jesús en 4º de la ESO. Nosotros estábamos tristes y con un poco de miedo porque se acababa la etapa en el colegio, porque nos íbamos a separar ya que no todos iríamos a los mismos institutos. Recuerdo que ella aprovechó para decirnos lo que pensaba de nosotros como grupo, que no tuviéramos miedo por luchar por aquello que queríamos conseguir y que, aunque habría momentos malos, los momentos buenos son lo que recordaríamos con el paso de los años. Creo que a todos nos ayudó escuchar eso porque muchas veces sientes que un cambio de etapa implica un salto al vacío, a lo desconocido, pero te olvidas de que año tras año has ido construyendo un colchón, una personalidad que te ayudará a tirar hacia delante ante cualquier situación.

Aprovechando que estamos en la clase, ciñámonos al aspecto académico. ¿Cómo valora su preparación en el centro? ¿Hubo alguna materia que marcara su posterior trayectoria laboral?

Siempre dije que salí muy preparado del colegio. El primer año de Bachillerato recuerdo que fue muy sencillo para mí, la forma de estudiar y de razonar que me enseñaron en el colegio me ayudó muchísimo. Obviamente hubo muchas asignaturas y profesores que marcaron mi trayectoria laboral. Yo siempre me interesé por la ciencia y recuerdo mucho los primeros años con Suso en Conocimiento del Medio. Sin duda creo que esa asignatura y, sobre todo el profesor, despertaron mucho más mi interés por la ciencia y me han permitido llegar a donde estoy hoy en día. Al final, la pasión o el interés con que te explican las cosas es algo que no se puede medir, pero que sin duda marcan la diferencia en cómo puedes llegar a ver una materia. Por otro lado, inglés. No sabes cuánto valoro hoy las clases de Eduardo haciéndonos poner una corbata con la bandera del Reino Unido que nos obligaba a hablar todo el rato en inglés. Es algo que en el momento no piensas, pero a mi eso me ayudó muchísimo a perder el miedo no solo a hablar en inglés, sino también en público.

Se está bien en la clase, pero seguro que prefieres trasladarte a esos recreos, excursiones, acampadas, visitas, viajes… ¿Qué anécdotas y recuerdos tiene de esas actividades complementarias?

Uf, éramos un poco trastos nosotros, pero nos lo pasábamos genial. Recuerdo muchísimo las acampadas, lo divertidas que eran. Es más, hoy en día sigo haciéndolas con algunos amigos del colegio, son ese tipo de cosas que te hacen sentir como en casa, cuando no había responsabilidades y lo importante era divertirse. Incluso un año nos pusimos en huelga en un recreo porque nos dijeron que se había suspendido el viaje de fin de curso, y al final conseguimos que nos llevaran de acampada. Además, yo estaba en muchas actividades extraescolares (Baloncesto, Rondalla, etc.) y recuerdo el buen ambiente que teníamos en cada una de ellas, la “piña” que se creaba y lo poco que importaba en que curso estuvieras, al final, eras un equipo.

Permítanos ahora un cambio de tercio. “Más allá de los conocimientos académicos, el colegio debe ser clave en la formación de valores” ¿Qué opinión le merece esta afirmación? ¿De los valores que reconoce actualmente en usted, cuál atribuye a su etapa formativa en nuestro centro?

Estoy totalmente de acuerdo, y diría que quizás es la función más importante que tiene el colegio en nuestro proceso de aprendizaje. Sin duda, los valores que más me transmitieron fueron el compañerismo y la perseverancia. No sabes lo importante que es tener buenos compañeros, ir todos a una, que te apoyen y que se dejen apoyar. Seguro que están de acuerdo en que conseguir ese compañerismo cuando ya somos adultos cuesta mucho más si el resto de la gente no tiene esos mismos valores. Por otro lado, la perseverancia, el no rendirse nunca. Había un profesor que cada vez que nos veía hablando en clase nos mandaba a escribir 100 veces una frase para el día siguiente. Luego, cuando se lo entregabas, miraba que estaban ahí y rompía la hoja. Recuerdo que en el momento me daba mucha rabia, pero ahora reconozco que fue la mejor estrategia posible para que nos diéramos cuenta de la importancia de atender, de escuchar y de no dejar de luchar por aquello en lo que creemos.

Y hablando de valores, en la etapa escolar aparece por primera vez el valor de la amistad. ¿Sigue manteniendo relación con sus compañeros de promoción? ¿Realizan algún tipo de reunión/evento?

Claro que sí, es más, siguen siendo mis amigos más cercanos, los de toda la vida. La amistad es complicada, hay personas que entran y salen de tu vida constantemente, y es algo difícil de gestionar. Pero los amigos de la infancia, esas relaciones que haces cuando eres joven si sabes cuidarlas son para siempre. Yo mantengo mucha relación con muchos de mis compañeros del cole, sobre todo con tres de ellos. Desafortunadamente, ahora que vivo en Alemania no puedo verlos todo lo que me gustaría, pero hablamos siempre que podemos, hacemos viajes juntos y seguimos quedando cada vez que estamos todos allí para vernos. Sin duda, son y serán uno de los apoyos más importantes de mi vida.

Por último y basándonos en eso de que la experiencia es un grado. ¿Qué consejos darías a nuestros actuales alumnos? ¿Y al profesorado?

La experiencia es un grado muy subjetivo, pero si tuviera que dar algún consejo a los alumnos actuales, les diría que aprovechen cada momento en el colegio, cada clase, cada conversación porque el día de mañana serán recuerdos que te ayuden a seguir adelante. Que se pregunten cada día que versión de si mismos quieren ser y que luchen por llegar a conseguir todos esos sueños. Por último, que cuenten con sus amigos y con sus profesores, que les pidan ayuda, consejos, etc., y que recuerden que cuando esas personas les regalan su tiempo, les están dando lo único que no pueden recuperar, y eso hay que aprender a valorarlo. Y al profesorado les recomendaría que intentaran motivar al máximo a los estudiantes, cualquier pequeño gesto o comentario puede marcar mucho su futuro. Es una gran responsabilidad, pero también un gran privilegio y no tenemos que olvidar que detrás de todos esos alumnos están las personas que moverán el mundo el día de mañana.