Una vez mi padre fue a un campamento de verano en los Pirineos. Se quedaban quince días a dormir y después volvían a Canarias. Un día hubo una excursión voluntaria para subir a un pico y volver al campamento, y mi padre quiso ir. Cuando llegaron a la cima e iban a volver al campamento, mi padre se despistó, se equivocó de camino y se perdió. Después de correr por muchas horas, encontró un riachuelo y se acordó de que el campamento pasaba por un él. Entonces, se metió dentro y empezó a caminar. Después llegó al campamento y le contó a los profes lo sucedido y mi padre se enteró de que nadie se había enterado de que faltaba él.
Ciro Sánchez Melián, 5º A